El pasado día 20 de marzo poco antes de la llegada del equinoccio de primavera, tuvimos una pequeña clase al aire libre en el aula emparrada con nuestros alumnos del Huerta Sta Marina. Las condiciones climáticas no son aún todo lo extremas que llegarán a ser durante los meses estivales por lo que la salida a la cubierta se convirtió en un momento de tomar aire entre clase y clase, subiendo hasta el último peldaño de las escaleras para asomarnos a los horizontes lejanos del centro.
El suelo de la terraza existente esta hecho con una gravilla fina de pizarra oscura que suele recalentarse con el primer rayo de sol, pero su materialidad nos ofrecía también la oportunidad de usarlo como pizarra en la que pintar y escribir… con tiza. Trazamos así la primera acción con los niños repitiendo en el suelo el trazado del rectángulo aúreo con el que construimos la estructura de la pérgola. La división del rectángulo aúreo en un cuadrado y otro rectángulo de igual proporción aunque menor escala, permite inscribir una espiral en continuo crecimiento con la que el matemático italiano Leonardo de Pisa "Fibonacci" representaba la serie con la que describió en el sXIII el crecimiento de algunos vegetales y organismos vivos.
Trazada la espiral sobre el rectángulo áureo en el suelo, los niños escribieron sus nombres dirigiéndolos al centro de cada arco de circunferencia, y por unos instantes el orden descrito por Fibonacci apareció en el aula al aire libre.